¡Aprendamos jugando!
Las niños/as adquieren las habilidades y los conocimientos que necesitan cuando están motivados en aprender. Por ello los métodos de aprendizaje y enseñanza tienen tanta importancia para conseguir que el alumno realmente aprenda.
El aprendizaje que trabaja con las emociones, las recompensas, la competitividad, los retos, las sorpresas…contiene un potencial de aprendizaje intrínseco a partir del cual el deseo de aprender se convierte en un motivador muy potente.
Los juegos funcionan mediante la retroalimentación del progreso inmediato al alumno, es decir, en lugar de esperar hasta el final de una serie de módulos para demostrar el dominio de los conocimientos, por lo general mediante un cuestionario… los jugadores toman parte activa en el proceso de aprendizaje y demuestran sus conocimientos y habilidades a medida que lo desarrollan con el fin de completar el juego.
Los juegos, proporcionan un excelente entorno para aprender a través del fracaso. Transportado a un entorno virtual por ejemplo, el alumno tiene la libertad de tomar decisiones que le pueden conducir al fracaso y ofrecer oportunidades de instrucción. Pero a diferencia de otras formas de aprendizaje, los juegos realmente ofrecen al alumno la oportunidad de practicar haciendo, en lugar de sentarse y ver, el jugador realiza la tarea, vuelve a jugar un nivel, refuerza el contenido, y no puede avanzar en el juego sin tener que demostrar que entiende cada concepto.
El proceso cognitivo es responsable de funciones como la síntesis, la comprensión, la evaluación y el análisis que normalmente se asocian con el aprendizaje. Los juegos alcanzan el dominio cognitivo cuando los jugadores toman decisiones basadas en la información que encuentran – que requiere el recuerdo, comprensión, análisis, etc. Por otra parte, los procesos afectivos son los que controlan nuestros valores, motivaciones, actitudes, estereotipos y sentimientos e implica el desarrollo de diferentes habilidades como: estar abierto a nuevas experiencias, hacer frente a los desafíos, la valoración de uno mismo y los demás o la gestión de las emociones, entre otras.
Una clase de psicomotricidad que puede servirnos para las clases de infantil.
Aprendamos Jugando vídeo
Por Enrique Javier Guardia Molino
La Presentación Granada