Como maestro de E. Infantil, cada vez me estoy encontrando con mayor número de niños/as con el síndrome de TDAH, en el aula. De este modo, considero que los pediatras, padres, psicólogos y maestros debemos tomar muy en serio este síndrome ya que, sean cuales fueran los medios que utilicemos, nuestra meta debe consistir en detectarlo tempranamente y ayudar a estos niños/as con la mejor formación, autoestima y habilidades útiles para que puedan desenvolverse positivamente en la vida futura.
Por todo ello, cuando percibamos algún problema en cualquier niño/a, tanto maestros como padres no podemos pensar que es transitorio y que desaparecerán con el paso del tiempo. Ante esto, todos los indicios que detectemos en los niños/as hacen que no perdamos un tiempo valiosísimo para su tratamiento.
Algunas de las conductas más significativas que podemos encontrar en los niños/as para alarmarnos y comenzar a estudiar si se trata de un posible TDAH son:
• Baja tolerancia a la frustración
• Rabietas impredecibles
• Agresiones contra otros niños
• Persistencia en sus demandas
• Inestabilidad en el humor
• Exceso de curiosidad
• Intranquilidad
• Dificultad de adaptación
Así que, clarifico que los niños/as que manifiestan este tipo de problemas en los primeros años de vida hacen que éstos desarrollen futuras dificultades escolares, interacción negativa padres – hijos, caracterizada por más retos, conductas de desobediencia y estrés familiar.
Es por tanto que el papel de padres y de maestros es fundamental para diferenciar con exactitud un desarrollo normal del que no lo es. Por lo que estimo oportuno que es muy importante mantener unas relaciones familiares estrechas para mejorar las actitudes del niño/as y que desarrolle todas sus habilidades de modo que el síndrome se vaya paliando progresivamente, de lo contrario nuestros esfuerzos serían infructuosos.
Tras la detección de los signos de alerta, los maestros debemos de consensuar para el niño/a un programa e intervención con la familia y abordar con éxito el TDAH .
Considero, que si un niño tiene TDAH y desde los primeros años se realizan los tratamientos indicados, la mayoría de las veces los padres verán a sus hijos tener rendimientos similares a los demás en el estudio, el trabajo, la vida familiar y social. El diagnóstico y el tratamiento tanto en atención Temprana como en el colegio del TDAH deben evitar que los síntomas provoquen los círculos viciosos del fracaso escolar y del rechazo social que induce la dificultad de respetar las normas.
En último lugar me gustaría señalar algunas pautas que todos los maestros/as y las familias deben incluir en su programa de intervención para una mejora del niño/a en su vida diaria:
o Demostrarle al niño/a que se le quiere no por sus éxitos sino por él mismo.
o Permitirle la toma de decisiones y le darle responsabilidades acordes a su edad.
o No lo debemos comparar desfavorablemente con sus hermanos, amigos o compañeros/as.
o Siempre tiene que sentirse útil y animarlo a confiar en sí mismo y a valorarse.
o Fomentarle la lectura desde pequeño, contando cuentos, haciendo que los cuente él/ella, animándole cuando lea algo. Enseñarle palabras nuevas a través de juegos, que enriquezca su vocabulario.
o Tenemos que estar atentos a sus éxitos, por mínimos que sean, esto le ayudará a ir superándose y a sentirse seguro/a.
o Marcarles su rutina diaria en las que ellos establezcan sus propias normas.
o Etc
Para concluir, decir, que los maestros y padres debemos de buscar el tratamiento más apropiado para cada uno de nuestros niños/as con TDAH. Entiendo que será una tarea difícil pero a la vez estoy seguro de que será excitante. El trabajo diario entre profesores-familia nos llevará a desarrollar estrategias donde veamos que nuestro niño/a se quiere a sí mismo, se acepta, está seguro a la hora de realizar una tarea o actividad y sobretodo que sea FELIZ.
Pedro Cabrera Cañete
Maestro en E. Infantil y Pedagogía Terapéutica.