El árbol del mes. Abril: Cercis o árbol del amor
Estamos en el ecuador de la primavera. Y este mes tenemos como protagonista un árbol que está ahora en su pleno apogeo y que también ha sido elegido como tal por el Patronato de La Alhambra: el Cercis, árbol del amor, ciclamor, algarrobo loco o árbol de Judas.
http://www.alhambra-patronato.es/blog/index.php/amor-en-la-alcazaba-de-la-alhambra/
y dice así:
“¿Habéis oído hablar alguna vez del árbol del amor? Muchos le conocen también como el árbol de Judas, Ciclamor o Algarrobo loco. Seguro que si habéis venido a la Alhambra en primavera o en verano, lo habréis visto en la Plaza de los Aljibes, a los pies de la Alcazaba. No pasa inadvertido y le gusta exhibirse especialmente en este mes de abril, donde luce sus mejores galas, por eso es la Planta del mes.
Sus flores son de color rosa y sus hojas tienen una forma acorazonada, de ahí su nombre. Aunque también, existen muchos mitos a cerca del Árbol del Amor, como el que dice que en este árbol se ahorcó Judas Iscariote después de traicionar a Cristo. Leyendas aparte, lo que sí se sabe con certeza es que su llegada a Europa tuvo lugar en la época de las cruzadas, año 1.200, y su primer destino fue Francia. Desde ese momento, su extensión por el continente fue muy rápida y apareció frecuentemente en los herbarios de los siglos XVI y XVII. En la época del Imperio Bizantino, era uno de los árboles que en mayor número crecían en Constantinopla, en las riberas del Bósforo. El color morado purpúreo de sus flores era de la predilección de los emperadores bizantinos.
En la Alhambra miman y cuidan al Árbol del Amor. Los jardineros podan con cariño y recogen manualmente las vainas de las legumbres secas, que permanecen sin caer de forma natural en esta especie, que mide 4,25 metros y tiene una superficie cubierta por su copa de 85m2.
Al Árbol del Amor le gusta que le miren… Es atractivo y fotogénico… Guarda secretos y es cómplice. ¿Cuántas parejas se habrán declarado amor eterno bajo su densa copa?”
El árbol del amor es un árbol de pequeño tamaño (alcanza de 4-6 m de altura habitualmente, aunque también puede llegar a los 12 m) que pertenece a la familia de las leguminosas (Fabaceae). De tronco irregular, a veces retorcido y corteza gris oscura, es caducifolio, y a principios de primavera antes de que aparezcan las hojas, (de color verde azulado por el haz y más pálidas por el envés, simples, que cuelgan de un largo peciolo y con forma acorazonada), se cubre de flores rosas. Aparecen agrupadas en racimos de 3-6 flores. Pueden nacer también del tronco. La floración, densa y llamativa, va desde marzo a mayo. Los frutos son legumbres comprimidas de color rojizo a marrón oscuro, de 6 a 12 cm de largo, con numerosas semillas de forma lustrosa. Permanecen en el árbol hasta la siguiente floración, bastante tiempo después de la caída de las hojas..
Es un árbol que vive de forma natural en pendientes próximas a los arroyos, gusta de pleno sol, resiste las sequías y la contaminación, soporta bajas temperaturas, pero no heladas prolongadas, y sufre con el viento. Aunque crece en todo tipo de terrenos, prefiere suelos profundos y bien drenados, prefiere el clima cálido y requiere posición soleada.
Es nativo del sur de Europa Europa y Asia Occidental.
Su nombre latino proviene de Cercis nombre genérico que proviene del griego “kerkis” , el nombre que recibía la lanzadera del tejedor o navecilla, nombre con el que se designaba a este árbol, aludiendo probablemente a la forma del fruto, y siliquastrum (epíteto que puede tener dos acepciones, bien hacer referencia al tipo de fruto que posee, una silicua o vaina dehiscente, o bien que está formado por la voz latina silique, algarrobo y el sufijo astrum, parecido, imperfecto, o sea parecido al algarrobo).
El Cercis es usado fundamentalmente en jardinería como ornamental por su vistosa y espectacular floración, la forma y color de sus hojas y la sombra que proporciona. Puede ser empleado como elemento solitario o en alineaciones para calles estrechas y paseos de parques y jardines. Es apto también para formación de setos altos.
Aparte del uso ornamental, sus flores pueden ser consumidas cuando están tiernas, en ensalada (tienen un ligero sabor ácido) y en algunas zonas se escabechan con vinagre los brotes florales, como las alcaparras..
Los frutos se han empleado en medicina popular como astrigente.
La madera es de muy mala calidad.
Marian Goicoechea Acosta
Departamento de Ciencias Naturales
Colegio La Presentación de Granada