El árbol del mes. Enero: Mimosa
Estamos en pleno invierno, queda algo más de dos meses para que llegue la primavera, pero este año estamos viviendo una estación particularmente cálida. Al pasear por la calle, por los parques, podemos ver que hay plantas que empiezan ya a florecer. Este es el caso del árbol protagonista de este mes, la mimosa, también llamada acacia mimosa, mimosa fina, mimosa común, mimosa plateada, aromo o acacia australiana.
Este árbol, usado fundamentalmente en jardinería como ornamental por su floración temprana, de un espectacular color amarillo y muy olorosa, tiene un porte redondeado e irregular, y mide entre 3 y 12 metros de altura. Es de crecimiento rápido, aunque suele vivir solo entre diez y quince años. Perenne, con una corteza grisácea o blanca. Sus hojas son de color verde y textura fina, opuestas, compuestas bipinnadas (hoja doblemente dividida en foliolos, de 25 a 40 pares). Las flores, amarillas y muy perfumadas, son muy pequeñas, de 5 a 6 mm de diámetro, están agrupadas en pequeñas bolas, inflorescencias, que aparecen desde enero a marzo en el extremo de las ramas. Los frutos son tipo legumbre, al pertenecer a la familia de las leguminosas o fabáceas (la misma familia de las lentejas, los garbanzos o las judías). Se reproduce por semillas, dispuestas longitudinalmente en el fruto.
Es un árbol que gusta de pleno sol y suelos algo silíceos. Aguanta bien la sequía prolongada en la zona mediterránea, temperaturas invernales frías pero no por debajo de los -6ºC, y no soporta la exposición ventosa.
Su nombre científico Acacia dealbata, fue dado por Johann Heinrich Friedrich Link, quien describió la planta en el siglo XIX. Acacia deriva del griego akis, que significa espina. Muchos árboles pertenecientes a este género, son espinosos, pero esta especie es inerme, sin espinas. El nombre dealbata, del latín, significa blanqueado, porque los foliolos, pelosos, hacen al follaje verde claro.
El origen de esta planta es mayoritariamente Australia y Tasmania.
Estos árboles se utilizan en jardinería, por el color de sus flores y el número de ellas, ofreciendo conjuntos de gran belleza. Proporciona sombra agradable y son los primeros árboles en florecer del año. Es la acacia más ornamental. Por ello, se han plantado en parques, calles, paseos y jardines públicos.
Como tiene un rápido crecimiento también se ha cultivado como fijador de terrenos arenosos y taludes. Sin embargo, precisamente por su capacidad colonizadora, se ha convertido en una amenaza grave para especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas. Así queda recogido en el Catálogo Español de Especies exóticas Invasoras, donde se resume la situación e impacto en España de este modo
“Actualmente se encuentra ampliamente naturalizada en Galicia, invadiendo las partes bajas y medias de la región, hasta una altitud de 600 m. Resulta un elemento característico del actual paisaje gallego. Incluso en la comarca de Ribeiro se utilizan sus varas para atar y guiar los viñedos. Se encuentra naturalizada también en puntos diversos de la Cornisa Cantábrica, Cataluña, oeste de Castilla y León, Extremadura, Andalucía occidental, Valencia y las Canarias orientales. Impide la regeneración de la vegetación natural alterada debido principalmente a su facilidad para germinar y rebrotar después de incendios y a su rápido crecimiento. Su erradicación es difícil y costosa.”,
Por este motivo, actualmente está prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio. Así que ya no está permitido el cultivo en viveros ni su venta en centros de jardinería.
Otro uso de este árbol es la obtención de taninos de su corteza, muy rica en ellos, que se ha empleado como curtiente y como sustituto de la goma arábiga a partir de las exudaciones de goma de su tronco y ramas. También se obtienen productos químicos, forraje, fibra, alimentos, bebidas, y madera.
Marian Goicoechea Acosta
Departamento de Ciencias Naturales
Colegio La Presentación de Granada