Para un niño o niña, el día de su cumpleaños siempre es especial. Esa maravillosa forma de ser que les lleva a sentir y disfrutarlo todo, estén donde estén, les hace crear una fiesta en el aula, en su rincón favorito del patio del recreo, a la hora de comer o simplemente en la fila de entrada y salida.
Las maestras y maestros tratamos en medio de las mil cosas que hacemos durante el día, tengan una pildorita que les haga sentirse espaciales. Medallitas, coronas, dibujos, canciones… Todo vale para sacar la sonrisa del corazón de nuestros peques, pero realmente, ¿que es lo que puede hacer sentir a alguien realmente querido y especial?¿Cual es el mejor regalo que podemos hacerles ese día?
Pensando en esto y tratando de conectarlo con el trabajo emocional dentro del aula, últimamente nuestros cumpleaños son un poquito diferentes. Si tienen su medallita de cartulina y su canción, pero el regalo más bonito que reciben es del corazón de sus compañeros y compañeras. Espontáneamente, después de cantar el cumpleaños feliz, los niños dedican al que cumple unas palabras especiales, donde expresan sus sentimientos hacia su compañero o compañera, o le dicen algo que les guste de el o ella. Lo hacen con total libertad, y he de decir que la carita y la sonrisa del protagonista no tiene precio, a la par que los demás aprenden a reconocer y exteriorizar sus sentimientos hacia los demás. Al principio la costaba, pero ahora es un momento íntimo y muy especial. Sin duda se ha convertido en el mejor regalo para todos.
Después de todo esto podemos decir que medallitas, dibujos, canciones… Realmente lo que puede convertir el día del cumpleaños en algo mas especial y lo que sin duda puede ser el mejor regalo aquello que sale del corazón.
Beatriz Cabo Tártalo. Tutora Educación Infantil. Colegio la Presentación Madrid.