Tras el visionado del vídeo anterior, mirándolo desde el aspecto de la educación, podemos indicar, (bajo mi humilde punto de vista), que el proceso de enseñanza – aprendizaje, el de la educación no tiene un reciclado, no tiene una vuelta atrás, y si la hay es una reeducación que, como se tenga relativamente tarde con respecto a los errores cometidos, no se regraba.
Cuando un hijo nace, no trae “el libro de instrucciones” debajo del brazo, ni siquiera unas pautas de cómo atender ni de cómo actuar con él. Es un libro en blanco con infinidad de hojas por escribir, por aprender, por dibujar, por educar. Siendo responsables de este hecho, de esta tarea, que no es nada fácil sus padres, y colaboradores de la misma, los familiares, los maestros y profesores.
El camino, en las diferentes etapas de crecimiento y educación, que emprende un niño debe de hacerse en compañía de las acciones paternas, el primer estadio de aprendizaje es la observación, son esponjas dispuestas a absorberlo y retenerlo todo. En ese camino nos encontraremos innumerables obstáculos y retos educacionales que van asociados a la edad evolutiva del hijo. Como diría D. Emilio Calatayud, (el juez de menores de Granada), “de hijos pequeños problemas pequeños, de hijos grandes problemas grandes”. La gran dificultad reside en salir airosos de cada uno de estos obstáculos que nos van planteando los niños y el entorno de los mismos, dejándoles un poso que les sirva de cimiento para poder solventar retos similares o que la raíz del nuevo esté basado en uno ya superado.
El educar a un niño es poner ciertas líneas que no se pueden traspasar, es restringir el entorno de actuación y de acción del niño, los límites no son malos, lo malo es no ponerlos, lo difícil es no consensuarlos ni llevarlos de forma firme a la práctica, si no se hace de esta manera se crean distorsiones que son difícilmente subsanables con la reeducación. Esos límites se llaman valores: sacrificio, esfuerzo, respeto, sinceridad, colaboración, solidaridad…
La máquina no puede reciclar al joven, al adulto, la máquina nos indica que la educación comienza con los pañales, la máquina nos indica que, como dicen los antiguos, “el arbolillo desde chico”…
Lorenzo Ruiz Antúnez