Cada niño es un mundo, ninguno tiene un manual de instrucciones para saber educarlo y a veces se nos hace muy difícil encontrar la forma eficaz para lograr cambiar alguna actitud poco deseable.
Abusamos de los premios, incluso utilizamos recompensas relacionadas con productos poco saludables y a veces no somos conscientes de las consecuencias del castigo o de lo ineficaz que puede ser.
Espero que estos consejos os puedan servir en esta labor, tanto a padres como a profesores.
Paloma Aranda. Málaga