El árbol del mes. Febrero: Melia o Cinamomo
Acabamos de pasar el ecuador del invierno, que este año está siendo más cálido de lo normal, si bien hace un par de días que ha hecho su entrada el frío, la nieve, el viento,… y nos han recordado la estación en la que nos encontramos. Es propia de ella ver los árboles caducifolios desnudos, solo las ramas, pero muchos de ellos con los frutos de la temporada anterior. La mayoría son secos, no comestibles, y tienen formas variadas, desde vainas, drupas, cápsulas,… Hoy nos vamos a fijar en el cinamomo o melia, también llamado agriaz, lila, mirabobo, paraíso sobrilla.
El cinamomo es usado fundamentalmente en jardinería como ornamental, como árbol de sombra, por su floración aromática y abundante y por su rápido crecimiento.
Tiene una altura de 8 a 15 metros, con un tronco recto y corto que termina en una copa que alcanza de 4 a 8 m de diámetro, en forma de sombrilla (de ahí uno de los nombres populares de este árbol). Caducifolio, sus hojas son de color verde oscuro en el haz, opuestas, compuestas, con largos peciolos, imparipinnadas, de 15 a 45 cm de longitud y con foliolos de borde aserrado. En otoño adoptan color dorado.
Las flores, de color púrpura o lila, muy perfumadas, son pequeñas y están agrupadas en racimos de 10 a 20 cm de largo (son inflorescencias llamadas panículas), que aparecen desde mediados hasta finales de la primavera (abril-mayo). Los frutos son drupas de forma globosa y de color amarillo pálido, de 1-1,5 cm de diámetro. Estos frutos se ven claramente en invierno, cuando el árbol está sin hojas, proporcionando una imagen muy típica y característica.
Se reproduce por semillas o por esqueje.
Es un árbol que gusta de pleno sol, se adapta a la sequía, a muchos tipos de suelo y a la salinidad. También tolera las heladas (aguanta hasta -10ºC) pero lo que no tolera bien es el viento, pues sus ramas son frágiles.
Es nativo de la India, Nepal, Sri Lanka, China tropical, Laos, Tailandia, Vietnam, Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Filipinas, llegando hasta Australia tropical e Islas Salomón, aunque en la actualidad se encuentra cultivado y naturalizado en muchas partes del mundo. Fue descrito por Carlos Linneo, quien le dio este nombre por el parecido de sus hojas con las de algunos fresnos (Melia significa precisamente fresno en griego). El término específico azedarach procede de la latinización del nombre persa azadraxt, azedaraeth o Azadaracheni de estos árboles que es como se denominaba el género antiguamente.
En España este árbol ya aparece registrado en “Libro de agricultura andalusí” del siglo XIII por Abú Zacaría, quien recomienda que se plante cerca de las norias y los pozos para que las personas y bestias puedan beneficiarse. Por tal motivo ha sido cultivado desde muy antiguo, como árbol de sombra. También indica que las hojas sirven para teñir telas de negro y fortalecer los cabellos, aunque no conviene abusar pues la piel también se oscurece.
Este árbol es habitual en las ciudades de clima templado, en los parques, paseos y avenidas, como árbol de alineación, y dentro de las que vemos en ellos es la más eficiente en cuanto a la absorción de dióxido de carbono. Diez árboles plantados en la calle absorberían al día el dióxido de carbono emitido por 10373 vehículos.
Los huesos de las semillas se perforan fácilmente y se usan como cuentas para fabricar rosarios. Son venenosos para el hombre y otros mamíferos cuando se ingieren en cantidad provocando desde vómitos, diarrea, dolor abdominal,… hasta la muerte. Sin embargo, no es tóxica para las aves.
Este es un comentario recogido de un foro de infojardín:
yo lo único que sé, que antes se hacían los rosarios con el fruto de la melia, y las señoras al pasar el dedo y llevárselo a la lengua cogían unos .. «mareos» de agárrate.
Cuando está seco y pulverizado sirve como insecticida y para defenderse de los piojos.
La melia también se cultiva por su madera, que es de buena calidad y se utiliza en la construcción y en ebanistería.
Marian Goicoechea Acosta
Departamento de Ciencias Naturales
Colegio La Presentación de Granada