Muy a menudo en las aulas de Infantil vemos como nuestros alumnos y alumnas cruzan la puerta con cara seria, el ceño fruncido o lágrimas en los ojos, quizás por cosas que a nosotros, los adultos, no nos parecen importantes pero que, evidentemente, para ellos sí lo son. En ese momento llega la pregunta “¿Qué te pasa?” pero normalmente esa pregunta no recibe respuesta.
Aquí os propongo una manera de eliminar (o al menos de intentarlo) esos sentimientos del aula.
Comenzaremos inflando un globo para cada niño; lo ideal sería que cada uno de ellos inflara el suyo pero probablemente la mayoría no sepan o no puedan. A continuación ayudaremos a cada niño a dibujar en su globo, con rotulador permanente, una cara que refleje cómo se siente esa mañana, poniendo especial interés en que los niños que han venido enfadados o tristes lo reflejen en su globo. Después cada uno dirá a sus compañeros que sentimiento es el que ha reflejado en su globo. Empezamos una conversación con ellos de que sentimientos nos gustan más, cómo nos gusta sentirnos, cómo nos gusta que se sientan los demás, y si queremos que la tristeza y el enfado se vayan de nuestra clase (esperemos que la respuesta sea sí). Seguidamente con la ayuda de un alfiler vamos a explotar los globos que reflejen los sentimientos que no queremos en nuestra clase y utilizaremos los demás para decorar el aula.
Sería ideal terminar la dinámica cantando alguna canción que esté relacionada con los sentimientos. A continuación os adjunto un enlace con una que a mí personalmente me gusta mucho:
Espero que os sea útil esta estrategia y que así entre todos consigamos que las aulas de infantil rebosen de alegría y felicidad.
Sara Salinas
Maestra de E. Infantil