IT´S TIME TO CHANGE IN OUR CLASS
Vivir en sociedad implica asumir ciertas normas de convivencia, responsabilidades y obligaciones. La convivencia en lugar de aprenderla en la escuela como un concepto más del currículum, hay que construirla (Ortega y Del Rey, 2004), como base y finalidad de la educación escolar.
Por ello, la escuela, las familias y las instituciones deben fomentar y sobretodo construir la educación en la convivencia, para conseguir una sociedad más solidaria, pacífica, tolerante y respetuosa.
Como he dicho anteriormente, la convivencia surge de una vida en común, por lo tanto es imprescindible que se creen una serie de normas que impliquen el respeto, por el bien de todos.
Tanto la educación escolar como todos los sistemas de relaciones posibles (familia-escuela, familia-alumnos, profesores-alumnos y entre los docentes) deben basar la convivencia en los valores, sabiendo que la base para lograr el éxito está en la capacidad de ponerse en el lugar del otro y ser capaces de ver la vida desde sus propios ojos.
Tal y como defienden Del Rey, Ortega y Feria (2009), el concepto de convivencia tiene un claro significado positivo y se relaciona con los principios básicos de la educación. Sin embargo, cuando analizamos la convivencia, en muchas ocasiones, la visión negativa prevalece por encima de la positiva, ya que solemos fijarnos en el problema y no en el pilar que lo fundamenta.
En los últimos años, la positividad del concepto convivencia se está haciendo cada vez más popular en todos los foros, desde los científicos a los sociales y, muy especialmente, los normativos y legislativos. (Del Rey, Ortega y Feria, 2009). Es decir, en la convivencia lo normal es que afloren conflictos, situaciones violentas y problemas, pero es importante verlos de una forma positiva.
IT´S TIME TO CHANGE
Es tiempo de cambiar, igual que en un día triste, lluvioso y gris puede aparecer el arco iris y el sol, nosotros también podemos cambiar nuestras vidas y por lo tanto las vidas de los demás.
En el aula es importante transmitir a los niños valores, a través de los cuales podamos construir sonrisas y sean niños felices. Es imprescindible que las normas de convivencia, a las que nos enfrentaremos durante el año en el aula, se basen en las actitudes positivas: “QUÉ PODEMOS HACER”. Por supuesto, el alumnado junto con el profesor consensúan las normas de convivencia, sabiendo qué deben atenerse y qué consecuencias, tanto positivas como negativas, tendrá el cumplimiento o incumplimiento de dichas normas.
María del Mar Casas.
Primaria. Colegio de Linares.