La OLA de Cuaresma: Un Cuento Infantil para Vivir la Oración, la Limosna y el Ayuno

En un pequeño pueblo junto al río, vivía una niña llamada Irene. Era alegre, curiosa y le encantaba ayudar en casa. Aunque muchas veces pensaba primero en ella misma, tenía un gran corazón. Un día, al salir de la escuela, vio un cartel en la puerta de la iglesia que llamó su atención:

«Vive la Cuaresma con la OLA: Oración, Limosna y Ayuno.»

Irene, intrigada, decidió entrar a la iglesia. Allí estaba el padre Gabriel, organizando las velas del altar.

—Padre Gabriel —preguntó la niña con curiosidad—, ¿qué significa esa OLA de la que habla el cartel?

El sacerdote sonrió con ternura y se sentó con ella.

—Irene, la OLA de Cuaresma es una forma de prepararnos para la Pascua. La «O» es de Oración, la «L» de Limosna y la «A» de Ayuno. Nos ayudan a acercarnos más a Dios y a crecer como personas.

—¿Y cómo puede una niña como yo vivir la Cuaresma con la OLA? —preguntó Irene, algo confundida.

—No hace falta hacer cosas grandes —dijo el padre Gabriel—. Lo importante es hacerlas con amor. ¿Te animas a intentarlo?

Irene asintió con decisión. Comenzaba así su camino de Cuaresma para niños, poniendo en práctica la OLA.

Oración: Hablar con Dios Cada Día

Esa misma noche, Irene se arrodilló junto a su cama y le habló a Dios:

—Señor, quiero aprender a hablar contigo. Ayúdame a ser mejor esta Cuaresma.

Desde ese día, rezaba el Padrenuestro, daba gracias por su familia, pedía por quienes sufrían y dedicaba un momento diario para estar en silencio con Dios. Así empezó a descubrir la importancia de la oración en Cuaresma.

Limosna: Compartir con Amor

Durante un paseo con su madre, Irene vio a una niña con ropa vieja y zapatos rotos. Sin dudarlo, se quitó su chaqueta favorita y se la ofreció.

—Toma, te protegerá del frío —dijo con una sonrisa.

La niña, sorprendida, respondió:

—¡Gracias! Que Dios te bendiga.

Esa acción le hizo comprender que la limosna no es solo dinero, sino dar con generosidad. Durante las siguientes semanas, ayudó a su abuela, jugó con su hermanito y compartió su merienda con quien no tenía.

Ayuno: Renunciar para Acercarse a Dios

Lo más difícil para Irene fue el ayuno en Cuaresma para niños. No entendía por qué debía dejar los dulces o apagar la televisión.

Su madre le explicó:

—El ayuno no es solo dejar de comer, es pensar más en Dios y menos en uno mismo.

Irene decidió no ver su serie favorita y usar ese tiempo para ayudar en casa o leer sobre la vida de Jesús. También dejó de comer chocolates los viernes, ofreciendo esa pequeña renuncia como una oración.

El Domingo de Resurrección: Una Cuaresma Vivida con el Corazó

Después de 40 días de esfuerzo, llegó el Domingo de Pascua. En la iglesia, Irene sentía alegría. Sabía que su corazón se había hecho más fuerte y más bondadoso.

El padre Gabriel la saludó al final de la misa:

—¿Y cómo te fue con la OLA?

—Al principio fue difícil, pero ahora entiendo que cuando rezamos, compartimos y renunciamos a algo, nos parecemos más a Jesús —respondió Irene con una gran sonrisa.

—Eso es, Irene —dijo el sacerdote—. La OLA no es solo para la Cuaresma. Puedes vivirla todo el año.

Vivir la OLA todo el año

Desde entonces, Irene decidió que no solo haría la OLA durante los 40 días de Cuaresma. Aprendió que la oración diaria, la generosidad y el ayuno ofrecido con amor podían ser parte de su vida todo el año. Porque el verdadero camino hacia Jesús se construye día a día, con pequeños gestos de amor.

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