Pisados por Pisa
A menudo, vemos como los medios, profesores, alumnos y, ya mismo hasta los peces, hablan sobre cómo se distinguen los buenos, mediocres y malos sistemas educativos (por países) en base a los informes PISA.
Es cierto de que el peso de dichos informes, está muy presente en el ámbito educativo, pero, ¿Qué son los informes PISA y en base a qué evalúan? Creo que estas cuestiones no se tienen muy en cuenta a la hora de hablar sobre la calidad educativa.
El informe PISA (Programme for International Students Assessment), con el fin de demostrar la calidad educativa de los países a nivel mundial, basándose en el nivel de lectura, matemáticas y conocimiento del medio.
Pruebas realizadas a alumnos y alumnas de quince años. Sus listados se publican cada tres años, y los cambios en la parte alta de la tabla son, normalmente, poco notorios, debido a que la calidad educativa en base a esos tres puntos no va a variar debido a las culturas educativas de cada región (a no ser que seas un país como China que piensa que subiendo el número de horas escolares, extraescolares y materia escolar, va a mejorar a nivel educativo, social, afectivo y mundial).
Es increíble que, aún en el año 2015, no se establezcan unos principios de evaluación en el que primordialmente se tengan en cuenta los valores y principios que los alumnos de nuestro país, futuros ciudadanos competentes en una sociedad sumergida en el cambio diario, deben obtener desde el momento que entran a la escuela.
Como Miguel Ángel Santos Guerra defiende y publica en muchos de sus libros, tenemos el problema de querer evaluar lo conceptual, algorítmico y memorístico en vez de encontrar esos valores y motivaciones vitales que a nuestros alumnos no sólo ayudarán a crecer como personas, sino que además, despertarán unas ganas enormes de ir a más como estudiantes y futuros profesionales con una formación disciplinada.
Si comparamos la parte alta de la tabla, vemos países, como Finlandia que está en una posición muy elevada y un prestigio internacional reconocido, con los que podemos observar las diferencias abismales que hay entre esos, llamados por PISA, países competentes.
Si lo pensamos fríamente, Finlandia tiene un horario escolar mucho más reducido que China, una cantidad de horas de idioma a la semana inferiores a la gran potencia asiática, y una forma tradicional pero para nada carente de cariño, amor y compañerismo.
El resultado es qué los alumnos fineses están imperialmente contentos porque acaban siendo competentes, enseñados en valores, con un índice bajísimo de fracaso escolar, una fluidez de idiomas al alcance de muy pocos países y, cómo no, acaban recordando la escuela como ese lugar que fue su casa en la que los valores inculcados, fueron la seña de identidad.
Por otro lado, la escuela china que matricula a los alumnos por niveles, no creo que obtenga unos recuerdos muy afectivos por parte de sus “productos” y de aquellos que aprecian la educación alrededor del mundo.
A modo de conclusión, me gustaría dejar un mensaje de optimismo a aquellos países que se encuentran en posiciones no tan favorables dentro de los informes PISA, y es qué la posición de estos documentos, no van a desfavorecer el sistema educativo de quienes se atrevan a enseñar con amor a sus alumnos.
La lectura, las matemáticas y el conocimiento del medio tienen un sentido enorme en la vida, pero tiene mucho más sentido cuando se aprende a valorar lo que cada una de estas disciplinas aporta a nuestro día a día.
Julio Ortíz
Maestro de Educación Primaria
Colegio de La Presentación de Guadix