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Una dificultad en nuestra tarea diaria, debe ser nuestro mejor regalo

Una dificultad en nuestra tarea diaria, debe ser nuestro mejor regalo

Como docente, considero, que tener a un alumno con TDAH en el aula es siempre un reto, esta etiqueta nunca debe afectar en nuestra tarea como maestros, ni establecer prejuicios anticipados ante este tipo de niños/as. Por ello, creo que todos los docentes deben recibir información y, más aún, formación sobre este trastorno para desempeñar una buena actuación psicoeducativa con ellos.

Tras conocer su diagnóstico, debemos de tener claro, que sus dificultades o actuaciones no se van a curar pero si podemos disminuirlas y conseguir que el niño/a este feliz en el aula y en el contexto social-familiar.
Así, cuando ya conozcamos al niño/as, debemos de revisar nuestra programación de aula y adaptar diversas actividades, para conseguir el máximo rendimiento del alumno/a en su tarea diaria en el aula y con ello cumpliremos el objetivo de una buena intervención. Dicha adaptación e intervención irá acompañada de una buena organización espacial y distribución del grupo de iguales dentro del aula. Pues, los compañeros/as juegan un papel muy importante con su colaboración, ya que nos pueden ayudar con diversas actuaciones cuando el niño/a con TDAH presente actitudes de despiste y estos reclamen su atención. Y por supuesto no debemos de olvidar el continuo contacto con la familia para que juntos podamos alcanzar la meta propuesta con el alumno/a.

Después de hacer una breve descripción sobre qué pasos debe seguir, un maestro, antes de comenzar con una intervención, ésta tiene que estar marcada siempre por unos objetivos. Considero que los síntomas derivados del TDAH dificultan el aprendizaje del niño/a, ya que influyen directamente en la atención y hace que su cerebro estructure los contenidos asimilados de manera diferente. Esto implica que el alumno/a tenga problemas en diferentes tareas relacionadas con el lenguaje, como leer, escribir, memorizar, recordar, escuchar, hablar, deletrear, razonar, organizar la información, narrar y aprender las distintas materias, por lo que se ve perjudicado el proceso de enseñanza-aprendizaje y fundamentalmente el “no desarrollo pleno” de las 8 competencias curriculares que el/la alumno/a debe de conseguir en su etapa escolar.

Para ello creo que, todo maestro debería tomar en consideración el potencial de aprendizaje del niño/a y lograr un desarrollo adecuado del lenguaje. Ante esta reflexión, enjuicio que los docentes tenemos que utilizar herramientas y actividades en las que se produzca dicho desarrollo como por ejemplo:

• Practicar unos minutos de relajación en el aula tras actividades que hayan requerido un mayor movimiento o interacción (por ejemplo, tras las clases de educación física, después del recreo, a la entrada a clase por la mañana y por la tarde…), etc.

Dinámicas de relajación

 

• Proporcionarle una zona del aula tranquila para trabajar , libre de distracciones o posibles interrupciones (lejos de ventanas, puertas)
• Usar el lenguaje para propósitos diversos: Haciendo preguntas o sugerencias para utilizar el lenguaje en formas distintas. Si el niño quiere hacer alguna sugerencia, que la hagan de manera directa y educada, como “Dile, por favor, a tus amigos…” o “¿Qué deseas?”
• Habilidades en la conversación y para contar cuentos: Enseñarles a parafrasear o aclarar palabras que no entienda bien. A través de fotos, objetos o símbolos para ayudar a contar una historia secuencialmente.

Contar cuentos

• Usar mapas conceptuales que resuman de forma visual la información o contenidos más importantes que se hayan trabajado.

Elaboración de mapas conceptuales

• Determinar el estilo cognitivo del niño y trabajar las inteligencias múltiples en el aula, empleando recursos de distinto tipo que apoyen la enseñanza con actividades y temas que sean de su interés, para motivarle y captar su atención.

Utilizar temas de interés

• Mirarse en el espejo y jugar a buscar palabras que empiezan por una letra u otra.
Dividir las tareas en pasos, de modo que se facilite el seguimiento por parte de este alumno;
• Ofrecerle más tiempo para que termine sus actividades y ayudarle a ir controlando el tiempo del que dispone para cada actividad.
• Crear un clima de confianza en clase donde se puedan preguntar todas las dudas, (donde los errores cometidos no se penalicen, sino que sirvan de punto de partida para el trabajo posterior), y donde se favorezca la ayuda mutua y la colaboración entre compañeros a la hora de pronunciar palabras o expresar una historia.
• Apostar por un sistema de evaluación continua que verdaderamente tenga en cuenta el trabajo, el esfuerzo y los resultados de aprendizaje que el niño va adquiriendo progresivamente en el aula.
• Animar al niño a terminar sus tareas, a comprender las explicaciones, transmitiéndole siempre un mensaje positivo sobre sí mismo que eleve su autoestima.
Premiar una conducta adecuada hace que ésta se repita. La podemos premiar con reforzadores materiales o afectuosos.
• Etc.

Para concluir, me gustaría destacar, que los maestros con un alumno con TDAH en el aula deben adaptar su enseñanza a las necesidades del alumno/a, sin olvidar que el resto de alumnos/as también tienen sus propias necesidades educativas personales y que igualmente deberán ser atendidas. Pues, creo que, la diversidad siempre debe ser tomada como algo enriquecedor en clase, donde el grupo de iguales aprende, pero donde nosotros también aprendemos de ellos. Ya que, este tipo de situaciones, nos hace superarnos ante las dificultades presentadas en nuestra tarea del proceso de enseñanza y formarnos diariamente.

También, opino, que toda la metodología llevada a cabo, objetivos, actividades, etc.. debemos compartirla con el resto de compañeros para así, entre todos, seguir avanzando en los logros de dicho trastorno sobre potenciar el buen uso del lenguaje.
Por último, explicito que todos somos diferentes y todos necesitamos de otros individuos para nuestro desarrollo. Por ello, tenemos que crear un clima de respeto y confianza tanto dentro como fuera del aula donde escuela, maestros, terapeutas, compañeros y familia nos comprometamos para mejorar cualquier déficit en la evolución de un alumno/a.

Disfrutar y aprender de cada momento

Pedro Cabrera Cañete
Maestro en Educación Infantil y Educación Especial.

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