Cuando conseguí arreglar el mundo… | Miércoles de CENIZA

Cuando conseguí arreglar el mundo… | Miércoles de CENIZA

Se acerca la Cuaresma. Es tiempo de cambiar

https://www.youtube.com/watch?v=IfUkFQ-473w&list=PLecGob6YkTPtrYCLFhzbcz0fQ39_RGqj4&index=1

Os voy a contar un cuentecito de Gabriel García Márquez

Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.

Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar.

El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado.

Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.

De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba.

Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo:

«¡Cómo te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares, sin ayuda de nadie!»

Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa.

Pero no fue así ya que pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente.

«Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.»

Al principio el padre no creyó en el niño!

Pensó que sería imposible que, a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes.

El científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.

Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares.

¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?

De esta manera, el padre preguntó con asombro a su hijo:

“Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?”

“Papá, respondió el niño; yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre.

Así que, di vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era.

“Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado al mundo”

García Márquez nos enseña que está en el hombre la solución a los problemas del mundo.

La Iglesia propone el tiempo de Cuaresma como un tiempo especial de conversión, «como camino hacia la Pascua»

Nuestro lema “It’s time to change” nos  invita a recapacitar, a que los hermanos no se peleen o a cambiar «el odio por amor». Puede ser un buen momento de empezar a hablar de la realidad profunda que encierra el tiempo cuaresmal.

Una vez tuve un sueño…

http://reflejosdeluz11.blogspot.com.es/2012/03/tuve-un-sueno-video.html

La Cuaresma es un periodo del tiempo litúrgico que comienza el Miércoles de Ceniza y finaliza el Domingo de Ramos.

¿Por qué cuarenta días?

Porque hacen referencia a los cuarenta días que Jesús permaneció en el desierto.

Está claro que en este simbolismo hay un sustrato bíblico tomado del Antiguo Testamento, es símbolo de:

– los cuarenta días del diluvio,

– los cuarenta días y noches de Moisés en el Sinaí,

– Elías que camina hacia el Horeb,

– los cuarenta años del pueblo de Israel en el desierto,

– los cuarenta días en que Jonás predicó la penitencia en Nínive.

El Papa Francisco para la Cuaresma del Año de la Misericordia, nos propone este lema: “Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13)

Es tiempo para revisar el estilo cristiano de la vida interior  y de relación con los demás, renovarnos en aspectos concretos: la justicia con los hermanos, la austeridad, las actitudes de perdón, la atención a los necesitados…

El Papa Francisco nos pide obras de misericordia en Cuaresma para mostrar el amor de Dios.

En su mensaje, el Papa asegura que a través de las obras de misericordia se puede mostrar al prójimo el amor de Dios, capaz de transformar “el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia”.

Nos indica que “mediante las obras de misericordia corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las  espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar”.

Sintiéndonos siempre acompañados por María,  nuestra madre;  que fue la primera que, frente a la grandeza de la misericordia divina, confesó su propia pequeñez (Lc 1,48), reconociéndose como la humilde esclava del Señor ( Lc 1,38).

Referencias

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