Reanimación cardio-pulmonar (2ª parte)
En la primera entrega nos referíamos a la importancia de intervenir a tiempo en una parada cardiorespiratoria. Esto es descrito sobre corazón y pulmón que afecta directamente al cerebro, donde es vital que le llegue el oxígeno y la glucosa. Hasta unos cuatro minutos de parada hay muchas posibilidades de que el paciente se pueda recuperar posteriormente sin secuelas. Pasado ese tiempo, mueren neuronas y es más difícil una recuperación total.
Aproximadamente cada 20 minutos se produce una parada cardiorespiratoria, por tanto los docentes no están exentos de encontrarse en una situación así y, en ese caso, es importante mantener la calma.
Para detectar una parada cardíaca se verifica que la persona no responde y está completamente inconsciente. Respira por la boca con ronquidos. Es importante buscar signos de vida como que se mueva, que tosa o que trague.
Quizá lo primero es verificar la situación y podemos guiarnos por la doble R: ¿Responde? ¿Respira? En el caso de que no haga ninguna de las dos cosas, estaremos ante una parada por lo que debemos de pedir ayuda. Si el paciente es un adulto, podemos abandonarlo para pedir ayuda o llamar a Emergencias (112). Si es un niño, no es recomendable dejarlos solos.
Es mejor iniciar la RCP. Para ello se practica un masaje cardíaco de 30 compresiones para posteriormente realizar 2 insuflaciones. Dichas insuflaciones serán con los siguientes pasos:
Abrir la vía aérea con la persona tumbada boca arriba, se realiza la maniobra frente-mentón abriendo la ventilación con la cabeza hacia atrás todo lo que se pueda. Se pinza la nariz de la víctima, se coge aire alejados del paciente, se sella la boca con los labios y se insufla comprobando que se eleva el pecho en dos ocasiones. Posteriormente se seguirá con el masaje cardíaco con otras 30 compresiones.
En la próxima entrega, se explicará la diferencia de cómo realizarla en niños así como otros detalles a tener en cuenta. Sin duda, cualquier persona puede salvar a otra y en esos momentos… ¡No hay tiempo que perder!
Federico Salvador Pérez
Departamento de Educación Física