En el capítulo dos, versículos 1-12, del Evangelio de San Mateo, se narra el
camino que hicieron tres ‘magos’ (denominados así porque en aquella época
se conocía como ‘magos’ a los ‘sabios’ o astrónomos) que fueron siguiendo
una estrella hasta llegar a Belén.
Allí visitaron y ofrecieron tres regalos al recién nacido Jesús: oro, incienso
y mirra. Aunque las escrituras no explican de dónde procedían los tres
reyes, todo indica que vinieron desde Babilonia o Persia, lugar en el que los
magos tenían una gran influencia.